domingo, 18 de febrero de 2018

Reseña: Argar, hijo del demonio de Andrés Díaz Sánchez

" - Sois un ladrón, señor?
- Ladrón, asesino, soldado de fortuna... Menos honrado, he sido de todo"

Ficha técnica
- Autor: Andrés Díaz Sánchez
- Editorial: Dlorean Ediciones
- Colección Ciudadela
- Espada y brujería
- Aventuras
- Páginas: 220
- Precio: 13'95€ (papel); 2'45€ (ebook)

Gracias a la editorial por el ejemplar electrónico

Sinopsis:

Un forastero se introduce y abisma en los rincones más peligrosos del mundo, un guerrero nómada, un soldado mercenario que vende su acero, su astucia y su voluntad al mejor postor en el sangriento ajedrez de los reinos: Argar, mitad hombre y mitad diablo, mestizo de la Tierra y el Infierno, espíritu demoníaco encerrado en carne humana, ser maldito, condenado a vagar sin tregua, a navegar mares de violencia y bajar a los pozos hediondos de la brujería. Argar no sólo pelea contra los hombres en las tabernas, tugurios y lupanares, o en los desiertos, bosques y llanuras, o entre las hordas enloquecidas de un campo de batalla… Armado con su espada de fuego ha de enfrentarse a hechiceros traficantes de almas, licántropos, cultos subterráneos que despiertan a dioses míticos, demonios vomitados por pentagramas de sangre, espectros que arrancan los recuerdos y sumen la mente en el olvido y seres procedentes de las lejanas estrellas. Argar es la figura tenebrosa del callejón, la muerte furiosa que se abate sobre el luchador vencido, la cuchilla de temor que hiere el corazón de los valientes, el que sonríe en la oscuridad mientras desenvaina.


Caminante, reza a tus dioses para que en el sendero nunca veas aparecer la larga sombra de Argar, El Hijo del Demonio.

Opinión:

Paseando por la web de Dlorean, dentro de sus distintos sellos, decidí leer alguno de sus libros dentro de la colección ciudadela y Argar, hijo del demonio fue el que más me llamó la atención así como su género: espada y brujería. Pero, muchos diréis, ¿qué es la espada y brujería? Pues la espada y brujería es un subgénero de la fantasía, caracterizado por héroes espadachines que se encuentran envueltos en aventuras, conflictos violentos, excitantes y exóticos. Generalmente en ellos existe un elemento romántico, junto con el elemento mágico y sobrenatural. A diferencia de los trabajos de alta fantasía,  estos se enfocan mayormente en el drama personal, en vez de tramas globales.

El término fue definido en el año de 1961 cuando el autor Británico Michael Moorcock (autor del Elric de Melniboné) publico una carta en el fanzine AMRA, demandando un nombre para denominar el estilo literario del tipo de trabajo realizado por Robert E. Howard. Él inicialmente propuso el termino “fantasía épica”. Cómo sea, el celebre autor americano Fritz Leiber replico a tal petición en un articulo en la revista Ancalagon (el 6 de Abril de 1961) sugiriendo el termino Espada y Brujería, pues consideraba que esta era una frase mucho mejor para definir el campo.

Pero vamos al lío, ¿qué nos explica esta historia? Argar, hijos mestizo entre una humana y un demonio, viaja de lugar en lugar para luchar contra los seres demoníacos, del submundo y del infierno. Soldado, mercenario, viajando siempre solo y uniéndose a las campañas militares que le interesan para ganar dinero, lucha con su inseparable espada Escalanda, una mágica que posee runas que se iluminan cada vez que hay magia alrededor. 

Articulada en nueve capítulos, esta novela nos narra las distintas aventuras que vive Argar en cada uno de sus capítulos. Sin un hilo conductor que comunique estas aventuras con una trama principal, cada capítulo tiene un principio y un final, es decir, el conflicto de todo queda resuelto al final de cada episodio donde nuestro aguerrido protagonista se carga al malo o malos de turno. 

Con una prosa rica y con el uso del lenguaje muy apropiado para contarnos estas distintas aventuras, Andrés Díaz nos adentra en distintos escenarios, con distintos personajes pertenecientes a las diferentes clases sociales propias de nuestra edad media. Por ello aparecerán reyes, señores, mercenarios, soldados, prostitutas, jóvenes de casa bien, bárbaros, rufianes; pero también todo tipo de monstruos, dioses y brujos malvados a los que Argar tendrá que vencer para seguir con su camino. Como si se tratase de un juego de rol clásico o de un The elder scroll con centenares de misiones secundarias.  

Cargada de los clichés propios del género, como por ejemplo, el típico comportamiento rudo y malhablado de los hombres de los bajos fondos y mujeres bonitas secuestradas, el autor, en este último caso, juega con este tópico nauseabundo y le da un giro donde éstas no son tan tontas y desvalidas como parecen. Porque estas mujeres bonitas y secuestradas, aunque chillen de miedo, aunque lloren, son fuertes y valientes. ¿No se asustan y gritan los hombres al ver a un monstruo? No es muy distinto entonces que una mujer llore y más si no ha tenido una educación de soldado. También aparecen mujeres con otros perfiles, más maduras y de estatus sociales más bajos, pero bellas e igual de fuertes y valientes que las anteriores. Inclusive vengativas y orgullosas.     

Aunque el eje centra de todas las aventuras de Argar es, precisamente, la acción y la lucha con espadas y mucha magia, que el autor ejecuta de forma magistral, también aparecen otros matices morales que dotan a esta historia de cierto realismo con respecto a sus personajes. Se nos explica la miseria de las gentes y la opulencia de unos pocos, se nos habla sobre la moral y la no-moral, de la avaricia, del odio, de venganza, de la maldad pura y dura, de la locura... 

Lo mejor de esta novela es que su autor no pretende en ningún momento que Argar sea el ejemplo de nada ni de nadie y mucho menos un héroe. Él es un guerrero, alguien que posee sangre de demonio en el cuerpo, alguien que se rige por sus ideales y que lucha por lo que cree sin dar lecciones, haciendo incluso verdaderas atrocidades si eso es necesario. Argar es un personaje muy humano, muy sentido y muy bien perfilado durante todas sus aventuras. 

La única pega que podría achacarle es el que no haya una trama principal, un hilo conductor que lleve a estas aventuras dispersas a un único punto con un final claro y definido. Esto hace que esta novela sea más parecida a una antología de relatos autoconclusivos, y este factor puede que no enganche al lector, haciendo que no desee seguir leyendo para saber qué va a suceder a continuación. Pero eso no quita que no sea una buena lectura y una muy entretenida.

En conclusión, si queréis una novela llena de aventuras, acción a raudales, sangre, magia y luchas a porrillo con sangre y vísceras, no te pierdas Argar, hijo del demonio. Si pasa algo sobrenatural a tu alrededor, desearás estar en su compañía.      

Nota: 4/5





2 comentarios:

  1. Andrés es uno de mi autores favoritos, Argar es uno de sus mejores trabajos.

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